Testimonio • Infancia sin límites

Mi nombre es Aliña Moreno Gutiérrez, tengo 30 y soy madre Juan Felipe Sánchez Moreno, soy madre cabeza de hogar. Conocí la Fundación Carmelo Misionero Solidario después de tener mi hijo internado en el hospital La Misericordia con Leucemia. Afrontar la enfermedad de mi hijo, sus cuidados y tratamientos ha sido difícil. En estos momentos por razones de pandemia estamos en la casa, la pandemia ha complicado los controles presenciales del niño, han sido por teleconsulta.

Desde el 2015, que tuve a mi niño internado en el hospital de La Misericordia, de allá me remitieron a la Fundación SANAR y luego de allí a la Fundación Santa María de los Niños, donde conocí a las hermanas Carmelitas que tienen la Fundación Carmelo Misionero Solidario. Para mí como madre cabeza de hogar y la enfermedad de mi hijo, la fundación Carmelo Misionero Solidario ha sido un apoyo incondicional, nos han ayudado con alimentación, recursos económicos para el transporte para las consultas de mi niño, ropa, juguetes y artículos de aseo. También he recibido mucho acompañamiento humano y espiritual. Las hermanas me han enseñado a hacer manualidades y otras cositas muy prácticas para tener recursos para lo que necesitamos.

Es muy importante que otras entidades se motiven a apoyar la Fundación Carmelo Misionero porque es una obra muy bonita que hace mucho bien a personas como en mi caso que tenemos hijos con enfermedades tan complejas como el cáncer. Muchas gracias a la fundación. Dios les bendiga.