En la reciente COP16, un evento mundial en el que representantes de múltiples países se reunieron en Cali – Colombia para buscar soluciones para la protección de la biodiversidad, la hermana Martha Ligia Acosta, Carmelita Misionera y animadora del proyecto «En Mis Manos Está la Vida del Planeta», nos comparte una experiencia profundamente significativa. Este proyecto, apoyado por la Fundación Carmelo Misionero Solidario, está dedicado a la educación y formación de niños y jóvenes en el cuidado del medio ambiente, y en la zona verde de la COP16 fue el único de su tipo enfocado en este objetivo.
Con emoción y gratitud, la hermana Martha Ligia relata cómo, durante dos intensas semanas de trabajo, creatividad y riqueza cultural y espiritual, el proyecto sobresalió entre otros expositores por su enfoque especial en la educación ambiental para las nuevas generaciones. Acompañados por sus profesores, estudiantes del Colegio San Joaquín II visitaron el stand, reflejándose en este espacio como futuros guardianes de la naturaleza y de todos los seres vivos que comparten nuestra «casa común».
Educando para el Futuro: Semillas de Conciencia y Compromiso
La hermana Martha Ligia describe cómo, a través del proyecto «En Mis Manos Está la Vida del Planeta», se siembra en los niños la «semillita» del amor por la tierra, los animales y las plantas. Su visión es que estos jóvenes crezcan con un sentido de responsabilidad hacia la ecología y que en el futuro se conviertan en profesionales y líderes con una mentalidad comprometida con el cuidado de nuestro planeta. Ella está convencida de que, apoyando proyectos como este, se puede alcanzar un futuro más saludable y feliz, donde las próximas generaciones no solo hereden un planeta en equilibrio, sino que lo transformen en un lugar donde reine el respeto y la armonía con la creación.
Encuentros de Fe y Esperanza desde Diferentes Culturas
Como animadora LaudatoSi, la hermana Martha Ligia también resaltó el valioso encuentro con otros líderes ambientales de este movimiento procedentes de diferentes culturas que se acercaron a conocer el proyecto y expresar su admiración. Desde países como Mozambique, Bolivia, Ecuador y Brasil, estos animadores compartieron su propio compromiso con el cuidado de la tierra, formando una red de fe y esperanza que trascendió fronteras y recordó a todos que la «casa común» es responsabilidad de cada uno de nosotros.
Un Llamado a la Acción
Inspirada en las palabras del Papa Francisco, quien nos recuerda la importancia de agradecer con esta pequeña oración: “Alabado sea mi señor, alabado, sea mi señor por la hermana tierra”, la hermana Martha Ligia insta a todos, benefactores, voluntarios y amigos de la Fundación Carmelo Misionero Solidario, a unir fuerzas. Ella nos dice: “Cada acción cotidiana cuenta, y no podemos dejar esta responsabilidad solo en manos de los líderes políticos. Este proyecto necesita el compromiso de todos, para así responder juntos al llamado urgente del planeta y a los gritos de aquellos que sufren por la crisis climática”
Sumemos Nuestro Grano de Arena
Este inspirador testimonio es un recordatorio del poder que cada uno de nosotros tiene para generar un cambio positivo. A través de la Fundación Carmelo Misionero Solidario, cada aporte, talento y esfuerzo tiene un impacto que resuena en el corazón de los niños, en la conciencia de los jóvenes y en la esperanza de un mundo mejor. Los invitamos a sumarse, a ser parte de este movimiento de amor y cuidado por la tierra, y a inspirar con acciones que, aunque sencillas, construyen un legado invaluable para el futuro de nuestro planeta.